Se cumplió en Paysandú la marcha “Ni una menos” en repudio a los hechos de violencia de género convocada por el Colectivo Feminista de Paysandú. Agustina Irigaray, integrante de este colectivo, indicó que este grupo surge ante la necesidad de crear conciencia de igualdad, entre otros objetivos. Previo a la marcha se leyó una proclama que indica lo siguiente:
“Paysandú tiene su voz, y encarna cada día con más fuerza en el surgimiento de movimientos sociales -locales-, de minorías que resisten al capital y el estado, al patriarcado, al dominio, la competencia, la dependencia y el consumo, que buscan crear nuevas relaciones y nuevos sentidos.
Porque la lucha a la cual pertenecemos no comenzó ni termina en nosotros…
La lucha de la mujer contra el sistema patriarcal, es una lucha en abstracto y es una lucha de práctica cotidiana, de todos los días y que debe tener injerencia a escala local.
Los feminicidios no son realidades ajenas a Paysandú, es por esto que el grito colectivo debe expresar y denunciar cada uno de ellos, y debe explicitar las aún vigentes desigualdades sociales y políticas que vive la mujer.
Porque además de existir un feminicidio biológico, por demás cuantificable, existe un feminicidio cultural, que mata en términos culturales recluyéndola a una vida de nicho, una vida de reclusión en la cárcel de los estereotipos, una muerte al crecimiento cultural y a la liberación.
Muchos de los discursos postmodernos, narrados en los lenguajes consumistas de los medios de comunicación, consagran a viva voz ese ideal de mujer de pensamiento superfluo, de gustos banales y servil al hombre, éste último propietario siempre de los medios de producción, en definitiva: una mujer para el hogar, como nos dice la prensa local -a través del magazine, de la revista chic, de una insípida variedad informativa-.
Estos discursos instituidos, no son más que una fórmula para que la mujer se domestique a sí misma: una muerte social, otra forma de feminicidio, de precariedad existencial, de precarización gubernamental muchas veces. Y los contextos mediáticos regulan esas disposiciones afectivas y esa diferenciación de vidas dignas y no, que culminan en esta violencia arbitraria que hoy nos convoca.
Transformar la rabia, el duelo colectivo, los pensamientos, en organizaciones y acción, individual y colectiva.
Paysandú con fuerza y organización crece al grito de ¡Ni una menos!
Repudiamos todos los feminicidios, los que vemos y los que no tanto, lo que se naturalizan y legitiman hoy y siempre, los que justifican la desigualdad y acentúan la hipócrita moral que nos condena siempre a las mujeres, los que nos imponen y los que reproducimos acríticamente. En contra de los feminicidios físicos y culturales!
Repudiamos los hechos recientes en nuestra ciudad que con dolor dejan ver la cantidad de víctimas que se lleva de forma horrorosa la violencia de género. . . En contra de este sistema patriarcal y capitalista que no deja de excluir y llevarse vidas! ¡Ni una menos!”