El cronograma de 2017 para las escuelas públicas de todo Uruguay comenzará el 20 de febrero para los maestros y el 6 de marzo para los alumnos. La directora del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), Irupé Buzzetti, confirmó las fechas de vacaciones del próximo año y los días de cierre de cursos, con la meta de 184 días de clases. Se mantendrá el formato de este año de una semana libre en julio y otra en setiembre. Se prevé que las clases culminen el 18 de diciembre de 2017.
Los educadores comenzarán las actividades el 20 de febrero con cinco días de tareas administrativas, luego habrá asueto por la Semana de Carnaval (27 de febrero al 5 de marzo). Las clases con alumnos comienzan formalmente el lunes 6 de marzo en todas las escuelas. La Semana de Turismo está prevista entre el 10 y el 14 de abril. En lo que respecta a las vacaciones de Julio, serán del 3 al 7 de dicho mes, a lo que se suma para los niños el viernes 30 de junio, ya que se fijó una asamblea técnico-docente (ATD) para ese día.
Las vacaciones de Primavera también se mantienen a semana completa, dado que la experiencia de 2016 de una semana en julio y una en setiembre fue considerada como de buenos resultados. En ese caso, los días libres son del 18 al 22 de setiembre, cuando se celebra el Día del Maestro.
Buzzetti informó a la Secretaría de Comunicación Institucional de Presidencia que se prevé que las clases culminen el 18 de diciembre de 2017 y que los días 19 y 20 se realicen las fiestas o actos de clausura. Los maestros terminarán sus tareas administrativas el día 21 de diciembre.
Teniendo en cuenta que los feriados del año coinciden con días lectivos, estimó que se podrá alcanzar las 184 jornadas de clase. Buzzetti dijo que es una cifra que conforma. “Este año se trabajó muy bien, salvo debido a las inclemencias del tiempo que afectaron algunos días”, afirmó.
La jerarca se detuvo en el tema climático y la forma en que se abordó por parte de los docentes y la comunidad educativa. Recordó lo ocurrido en Dolores, en el departamento de Soriano, donde, si bien el tornado sucedió el viernes 15 de abril, el martes 19 los maestros ya estaban en la escuela. “El niño no servía en la casa, debía estar contenido, por eso era mejor que estuviera en el centro”, dijo. “Hay que reconocer lo que hicieron esos maestros que a tres días de la tragedia retomaron sus funciones, pese a que algunos tenían sus casas sin techo”, resaltó.
Citó, como ejemplos similares, lo que ocurre cada vez que el río crece en la zona de Bella Unión. Dijo que son muchos los maestros que duermen en los bancos de la escuela para permanecer y dar clase al otro día. También recordó lo ocurrido recientemente en Piriápolis, cuando tras el tornado se voló el techo de la escuela y se debió trasladar a los grupos a otros lugares. Esto fue posible por la buena voluntad de quienes cedieron sus espacios y de los docentes que se adaptaron a los lugares disponibles.
La titular de Primaria consideró que, en todos esos casos, la acción mancomunada de autoridades e instituciones y el compromiso docente permitieron que continuaran las clases.